Fíjense que escribimos Violencia Vial así, con mayúsculas, porque
es el nombre propio de lo que acabó ayer, día 7 de agosto de 2013, con
la vida de un ciclista, otro más, en las calles de nuestra ciudad. Un
automovilista que embistió a una persona que circulaba en bici y la
lanzó a varios metros de distancia. No sabemos más de las circunstancias
del atropello salvo que el conductor del coche circulaba sin permiso
tras habérsele sido retirado por antecedentes de malas conductas
reiteradas al volante.
Nos negamos a llamar a esto “accidente” porque no lo es. Es el
resultado de unas nefastas políticas de movilidad que permiten
impunidad a los vehículos a motor y generan esa Violencia Vial que
alguna vez se lleva vidas inocentes pero que está ahí siempre, cada
día.
Violencia Vial es la velocidad excesiva o el adelantamiento sin
distancia mínima de seguridad pero también es Violencia Vial el
bocinazo para que te apartes, el improperio porque molestas, el acoso
por el simple hecho de estar ahí y circular más despacio de lo que a
sus motorizados culos les gustaría.
Violencia Vial amparada por una sociedad que le tiene demasiado miedo
al coche como para hacerle frente y decirle que ya basta, que no
podemos asumir, como sociedad, este goteo continuo de personas
sacrificadas sólo por estar ahí.
Exigimos responsabilidades y empezamos a exigirlas por las propias
normas y sus fuentes, Dirección General de Tráfico a la cabeza, que
hacen normas para el coche y para invisibilizar y arrinconar a las
bicicletas en el tráfico, reforzando esa idea de que las bicis
“molestan” y deben apartarse para dejar paso a los veloces amos del
asfalto. La Violencia Vial empieza por ahí. Cada caso de “mobbing” vial
tiene detrás unas normas que lo alimentan.
Hoy mismo, la conclusión de muchos noticieros era “si circula en bici, lleve casco, luces y reflectantes”. Ya…
No hay casco que te salve de morir cuando un coche te golpea y te
lanza varios metros más allá. Y no hay luces ni reflectantes que te
hagan visible para alguien que circula como si no existieran las bicis.
La visibilidad del tráfico en bici empieza por una normativa responsable
que deje clara la legitimidad del tráfico ciclista y el hecho de que
nadie tiene derecho a cuestionarla. Por desgracia, nuestra normativa
camina en la dirección justamente contraria, considerando a la bicicleta
como un estorbo y trasladándole la responsabilidad de los atropellos
que sufre.
La Dirección General de Tráfico y el mismo Congreso de los Diputados
deben ser conscientes de que esta muerte, así como muchas de las que
pasaron y de las que vendrán, son el resultado de sus erróneas
políticas, plegadas a los intereses del “lobby” automovilístico y no a
los de las personas a las que debieran servir. Y de que estaremos aquí
para recordárselo cada vez que ocurra.
Exigimos la tipificación de la Violencia Vial como delito específico.
Asociación Pedalibre
Miembro de ConBici
Tels.: 663 376 525 – 617 52 32 71 – 645 455 373
e-mail: info@pedalibre.org
www.pedalibre.org
www.conbici.org
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