Desde hace algunos meses, bicicletas blancas rinden tributo a los
ciclistas accidentados en las vías públicas uruguayas y como un recurso
para concientizar a los conductores y a la opinión pública acerca de la
importancia de la bicicleta como medio de transporte seguro y saludable.
No resulta una iniciativa novedosa en el mundo, pues ya cuenta con
más de 200 ciudades adheridas al proyecto. En Uruguay se instaló la
primera bicicleta blanca el 27 de abril de 2014, recordando a Natalia Mastroianni,
una joven ciclista de 22 años, que fuera atropellada en la Rambla a la
altura del puente Carrasco, Montevideo, en agosto de 2009.
La acción Bicicletas Blancas fue emprendida por la organización Ciclovida,
dedicada a la promoción del uso de la bicicleta y la cultura vial, pero
también como forma de denunciar la carencia de una infraestructura vial
apropiada.
La campaña pretende favorecer un cambio cultural que tome en cuenta
el tránsito de bicicletas en Uruguay, que alcanza al 10% de los
vehículos que circulan cada día.
La organización Ciclovida ha emprendido conversaciones con autoridades de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev)
con miras a emprender acciones conjuntas que promuevan el uso de la
bicicleta y el respeto por las normas de tránsito, además de difundir la
campaña “Todos somos tránsito”, que proporciona orientación a
automovilistas y ciclistas sobre el comportamiento en el tráfico.
Montevideo ha implementado diversas medidas entre las que figuran
nuevas ciclovías, como forma de fomentar el uso de la bicicleta.
Por su parte, Gustavo Izús, coordinador de Ciclovida, declaró a El País
que: “Las ciclovías universitarias son peligrosas”, en una nota que
apareciera el 26 de mayo pasado, titulada: “¿Qué significan las
bicicletas blancas encadenadas en las calles?”
La propuesta de las Bicicletas Blancas nace con el movimiento Ghost Bikes,
en el año 2003 en la ciudad estadounidense de Saint Louis, Missouri, y
en la actualidad alcanza a más de 200 ciudades alrededor del mundo.
A pesar de que ya son dos las bicicletas instaladas sobre la Rambla -la segunda en la Rambla y Belastiquí, en recuerdo de Washington González,
un ciclista de 68 años que falleciera el 8 de marzo de 2014- la acción
todavía resulta desconocida para la mayoría de la población, como puede
observarse en diversos comentarios en las redes sociales.
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