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Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACPT) ha emitido una nota de prensa
ante las información aparecida ayer sobre el servicio municipal de
préstamo de bicicletas, en la que considera que “destinar las bicis a la
chatarra” abandonando el sistema de préstamo, es optar por el camino
fácil. ACPT defiende trabajar en la recuperación del servicio, ponerse
de acuerdo con los ayuntamientos colindantes que también lo ofrecían
(Cartes y Reocín) y evolucionar hacia un sistema comarcal de préstamo de
bicicletas bien organizado, dotado y con estaciones de toma y deje de
bicicletas suficientes en número y ubicadas en lugares estratégicos,
dando así respuesta a las necesidades de movilidad de la población.
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Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACPT) ha emitido una nota de prensa
ante las información aparecida ayer sobre el servicio municipal de
préstamo de bicicletas, en la que considera que “destinar las bicis a la
chatarra” abandonando el sistema de préstamo, es optar por el camino
fácil. ACPT defiende trabajar en la recuperación del servicio, ponerse
de acuerdo con los ayuntamientos colindantes que también lo ofrecían
(Cartes y Reocín) y evolucionar hacia un sistema comarcal de préstamo de
bicicletas bien organizado, dotado y con estaciones de toma y deje de
bicicletas suficientes en número y ubicadas en lugares estratégicos,
dando así respuesta a las necesidades de movilidad de la población.
La asamblea popular defiende que
Torlavega reúne "tres cualidades fundamentales para que la movilidad en
bicicleta, con una orientación adecuada por parte del ayuntamiento,
tenga éxito": una topografía con escasas pendientes, una larga tradición
ciclista, y -el que consideran el activo más destacado-, "el compromiso
de los torrelaveguenses, patente en las marchas reivindicativas que se
organizan cada mes y en los más de 1.000 carnés que en su momento se
expidieron a otros tantos torrelaveguenses que se inscribieron en el
servicio".
Finalmente, consideran "inadmisible" la
decisión de “arrojar la toalla” en el contexto de crisis económica, pues
supone "un mal uso de los impuestos de los vecinos", ya que destinar
las bicicletas a chatarra supondría el desecho definitivo de 180.000€ de
dinero público, cientos de horas de trabajo de empleados del
ayuntamiento sin olvidar el desmantelamiento de las infraestructuras que
siguen instaladas tanto en Torlavega como en Cartes y Reocín.
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